Enrique del Rivero 3 de septiembre, 2020 · 1 minutos
La villa de Santa Gadea del Cid, surgida a la vera de las calzadas romana y medieval que se dirigían al Cantábrico, emana por sus cuatro costados una sugestiva atmósfera medieval. Rodeada de un recinto amurallado y protegida por la silueta de una altiva fortaleza, el trazado original de sus calles y sus bien conservadas casas medievales evocan un denso pasado histórico en el que descuella la memoria de su importante judería. Y por cierto su topónimo no tiene nada que ver con el más famoso héroe castellano, simplemente se utilizó su apodo para no confundirse con la otra Santa Gadea burgalesa.