Enrique del Rivero 25 de agosto, 2020 · 2 minutos
En el corazón del Alfoz de Bricia, escondida entre grandes y centenarios robles, se conserva una de las joyas más curiosas, bellas y desconocidas de todo el patrimonio burgalés: el eremitorio altomedieval de San Miguel de Presillas.
En las inmediaciones de la aislada aldea de Presillas de Bricia, enclavada en el mismo límite de las provincias de Burgos y Cantabria, se yergue solitaria una gran roca arenisca. En ella los anacoretas altomedievales excavaron una espectacular iglesia rupestre de gran complejidad e importantes dimensiones.
Orientada hacia el oeste, la llamada iglesia de San Miguel presenta dos pisos, el inferior de tres naves con sus correspondientes cabeceras, altares de bloque y huecos para reliquias. Dos columnas que sostienen un par de arcos de medio punto separan las naves entre sí. Una escalera tallada en la piedra permite el acceso a un piso superior con tribunas que se levantan sobre el potente muro externo.
(Imagen del libro "Arquitectura popular de Burgos" de José Luis García Grinda)
De datación problemática, algunos especialistas la relacionan con el arte asturiano, su fecha más probable de construcción estaría en torno al siglo X. Por fortuna unas acertadas medidas de protección han frenado el paulatino deterioro al que estaba sometida esta verdadera joya del arte europeo.
Muy cerca y abierta en la misma roca que la iglesia de San Miguel se localiza la Cueva de la Vieja. De planta cuadrangular presenta dos piscinas bautismales excavadas en su suelo.
La iglesia de San Miguel —por su organización y dimensiones puede pensarse en un templo monástico—, el baptisterio de Cueva de la Vieja, las celdas artificiales y las cuevas naturales que se abren en las inmediaciones, hacen del conjunto eremítico de Presillas uno de los ejemplos más antológicos de toda la Alta Edad Media.
No se puede entrar para no dañar la estructura que está excavada en una piedra arenisca muy frágil. Pero se puede subir, por una escalera metálica adosada en el exterior, hasta la tribuna superior. Desde allí se ve muy bien todo el interior del eremitorio y el paisaje del entorno
Desde Burgos y por la carretera de Santander, N-623, es preciso enlazar, por Escalada y Orbaneja del Castillo, con la localidad cántabra de San Martín de Elines. Allí hay que tomar la pista asfaltada que, pasando por Arroyuelos, conduce hasta el mismo Presillas de Bricia. Al eremitorio se llega por una pista de tierra que nace en el pueblo.