Enrique del Rivero 10 de mayo, 2021 · 3 minutos
En el austero paisaje de los páramos que presiden las zonas altas de las comarcas de Sedano, La Lora y Los Altos se localiza uno de los mayores conjuntos dolménicos de Europa. El esquema arquitectónico y funcional de estos megalitos, fechados hace unos 5.500 años, responde básicamente a la variante conocida como sepulcro de corredor. El más septentrional de todos ellos es el de La Cotorrita, en Porquera de Butrón, al sur de la comarca de Las Merindades.
Durante el último tercio del IV Milenio antes de nuestra era, cuando las gentes neolíticas empezaron a levantar estos dólmenes burgaleses, el clima era un poco más frío que el actual. Como han demostrado los diferentes estudios polínicos, la vegetación que cubría las parameras de La Lora se parecía a la que se puede contemplar en nuestros días: bosquetes de encinas, quejigales abiertos y abundantes matorrales de enebro, brezo, gayuba y lavanda.
Sobre este paisaje se levantaron los dólmenes: la más antigua, llamativa y perdurable manifestación de la actividad humana en la zona. El dolmen de La Cotorrita aparece situado en el borde de una pequeña meseta que domina un extenso y fértil territorio regado por abundantes arroyos y manantiales.
Su esquema arquitectónico y funcional responde a la variante conocida como sepulcro de corredor. Consta de una cámara circular de unos dos metros y medio de diámetro, formada por ocho grandes ortostatos —enormes lajas de piedra enhiestas— y un largo pasillo de acceso. Esta estructura interna estaba protegida por un túmulo —amontonamiento exterior de tierra y piedras— de notables dimensiones: tres metros de altura y veintiuno de diámetro.
En el interior del dolmen de Porquera de Butrón —en concreto en el pasillo ya que la cámara fue totalmente saqueada—, se localizaron una gran cantidad de huesos dispersos, pertenecientes a unos 15 individuos, y un abundante ajuar neolítico: una colección de cuchillos de sílex, un punzón de hueso y dos hachas pulimentadas de ofita. El resto más llamativo, encontrado durante las excavaciones llevadas a cabo en 1969, fue el de un individuo enterrado en posición fetal con un cuenco de cerámica realizado a mano.
No solo en Egipto abundaron los saqueadores de tumbas, también en la actual provincia de Burgos algunas personas se sintieron atraídas por esas extrañas colinas artificiales que llamaban la atención a todo el que pasaba por sus inmediaciones. Consideradas como obras del diablo y con fama de mal agüero, solo los mas atrevidos y curiosos fueron capaces de intentar desvelar sus secretos. No sabremos nunca si por descuido o intencionadamente para dejar su firma para la posteridad, en la cámara sepulcral de La Cotorrita se encontró una moneda de vellón del rey Enrique III, fechada a principios del siglo XV.
Hay que salir de Burgos y enlazar con la CL-629 con dirección a Villarcayo. Tras pasar por Pesadas de Burgos es preciso desviarse en el kilómetro 42 por la carretera BU-V-5143, que por Dobro conduce a Porquera de Butrón. Un poco antes de llegar al pueblo, a mano izquierda parte una señalizada pista que se dirige hasta el dolmen de La Cotorrita.