Enrique del Rivero 4 de mayo, 2021 · 3 minutos
Pozairón, Pozo Airón o Poceairón, así viene reflejado en el mapa oficial de IGN, es como se conoce una pequeña laguna de origen kárstico situada a un paso de Aldea del Pinar. Preñado de leyendas, este humedal recibe el nombre del dios Airón, deidad prerromana del inframundo, del transito al más allá, pero también de la vida renacida, que era muy venerado por el pueblo celta de los pelendones, que hace unos 2.500 poblaba la actual comarca burgalesa de Pinares.
En la península Ibérica se han localizado cerca de un centenar de hidrónimos relacionados con el dios Airón y sus pozos. Antaño su fama fue tanta que incluso tiene una entrada en el Diccionario de la Lengua Española. (Pozo Airón. 1. m. pozo o sima de gran profundidad. 2. m. coloq. Lugar donde algo se pierde, desaparece sin que haya esperanza de recobrarlo, o se olvida. Caer algo en el pozo Airón. Echar algo en el pozo Airón.)
El Poceairón burgalés se encuentra a poco más de un kilómetro de Aldea del Pinar, tiene una forma casi circular y un diámetro de unos 50 metros. El nivel de sus aguas no es constante ya que está sometido a las fluctuaciones estacionales del kárstico acuífero calizo del que se nutren. Rodeado de pinos, la primavera es la mejor época para admirar este mágico humedal ya que a partir del verano y al bajar las aguas su superficie se llena de algas y juncos que solo respetan el más profundo centro del pozo. Quizá por ello y por el ligero gusto salobre de sus aguas los lugareños también lo conocían como ojo de mar. El modesto arroyo por el que desagua el Poceairón es tributario del río Muyeuelo que a su vez desemboca en el río Lobos, justo donde comienza su espectacular y serpenteante cañón calizo.
Es muy probable que el Poceairón fuese un señalado lugar de culto para los pelendones que habitaron la zona. En sus inmediaciones, en concreto entre las cercanas localidades de Navas del Pinar y Hontoria del Pinar se han localizado seis castros amurallados —el más importante el del Picón de Navas— pertenecientes a este pueblo prerromano. De raigambre celta consideraban sagradas las fuentes y surgencias, sobre todo las que presentaban alguna circunstancia especial. Entre sus ritos relacionados con el agua era frecuente la ofrenda de armas, que arrojaban a las aguas, para obtener la protección, en este caso del dios Airón, en sus frecuentes guerras con los pueblos vecinos.
La fama de este Pozo Airón fue tanta que, hasta el propio Pascual Madoz, en su “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, publicado a mediados del siglo XIX, recoge una detallada descripción del lugar. También se conocen distintas leyendas, por otra parte comunes a estas llamativas lagunas, como la de la carreta de bueyes que desapareció para siempre o la que quiere que doña Lambra, tía de los Siete Infantes de Lara y perseguida por el vengador Mudarra, acabó arrojándose a sus aguas para morir ahogada.
Hay que salir de Burgos por la A-1 con dirección a Madrid y a la altura de Sarracín tomar la carretera de Soria, N-234, hasta Hontoria del Pinar. Desde esta localidad y hacia la izquierda, la BU-V-2229 enfila hacia Aldea del Pinar. Desde allí un señalizado sendero nos conducirá en poco más de un kilómetro hasta el mítico Poceairón.