Enrique del Rivero 28 de marzo, 2021 · 2 minutos
En las afueras de Espinosa de los Monteros y sobre un cerro cónico a orillas del río Trueba se levanta el castillo de los Condestables o de los Velasco. También conocido como casa fuerte de la Riba, está rodeado por un frondoso bosquecillo y todavía presenta una imponente silueta alargada en la que destacan sus bien conservadas almenas.
El castillo está formado por un alargado cuerpo rectangular Al piso noble del impactante torreón, construido con sillarejo y mampostería, se accede a través de un patín protegido con almenas y saeteras. Encima de la escalera se descubren dos pequeñas ventanas, una de ellas ajimezada, enrejadas y sobre las que campean los blasones de la poderosa familia feudal propietaria del castillo: los Velasco.
Siglos y siglos de abandono han conseguido arruinar el interior de un fortaleza que ha perdido todos sus pisos y solo conserva los recios muros exteriores. En la actualidad desde la planta baja se contempla una romántica e impactante ruina perfilando un rectangular fragmento del cielo. Llaman la atención los arbolillos que han conseguido arraigar sobre el remate almenado de los muros.
Uno de los rasgos más llamativos del castillo de Espinosa de los Monteros es la desafiante balconada o cadalso de madera con el que se reforzaba la defensa de la fortaleza cuando ésta era asediada. Todavía son visibles las filas de mechinales —orificios en donde se anclaban las vigas de madera que formaban la galería— y la doble hilera de canes —salientes de piedra para sujetar el armazón y el techo del bélico artilugio— que recorren a media altura los cuatro lienzos de la torre.
El castillo, que aún sigue rematado por su correspondiente cuerpo de almenas, fue levantado a mediados del siglo XV, seguramente sobre restos anteriores, por el primer conde de Haro. Su primera cota documental procede de la relación del mayorazgo creado en 1458 por Pedro Fernández de Velasco padre del IV Condestable de Castilla y promotor de su homónima y famosa capilla funeraria de la Catedral de Burgos.
Hay que salir de Burgos por la antigua carretera de Santander y en Sotopalacios desviarse por la C–629 con dirección a Villarcayo. Una nueva desviación en el Crucero de Montija permite alcanzar, por la B-542 la villa de Espinosa de los Monteros. El castillo de los Velasco se localiza saliendo de la localidad por la BU-526 con dirección a Soncillo. Aunque lamentablemente la fortaleza está abandonada, su emplazamiento sobre el río Trueba y sus románticas y evocadoras ruinas justifican la visita.